Antes de definir qué es la inflación subyacente es necesario hacer un repaso por lo qué se considera inflación y cómo se mide. ¡Comenzamos!
La inflación es un incremento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en relación con la moneda en un periodo de tiempo determinado. Es decir, lo que suben los precios. Si aumentan los precios y no el poder adquisitivo de los ciudadanos se genera una inflación o una pérdida del poder adquisitivo. Podemos comprar menos con el mismo dinero.
Para determinar la inflación usamos el Índice de precios al Consumo (IPC) que es el indicador que registra la evolución de esos precios.
La inflación subyacente
El funcionamiento es el mismo, pero en este caso, la evolución de los precios registrada con el IPC se hace excluyendo los alimentos no elaborados y los productos energéticos. Esto se debe en gran medida a la inestabilidad y cambios cíclicos de ambos conceptos.
La inflación subyacente se establece como un subconjunto en el que se excluyen los precios de bienes y servicios que son volátiles y no siguen la tendencia del resto de bienes y servicios. Esto explica que los datos registrados respecto a la misma suelan ser inferiores a los que presenta la inflación en general.
Puede parecer que no tiene sentido su registro. El consumidor debe afrontar la inflación también de los bienes y servicios que se excluyen en su cálculo. Sin embargo, es una herramienta de política económica muy importante a la hora de determinar la evolución de una economía dejando al margen determinados precios que dependen de otros factores externos como pueden ser guerras, conflictos o crisis determinadas.
La inflación subyacente se calcula mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE) junto al IPC General e IPC Armonizado.