Dentro de los diferentes términos económicos que relacionamos con la evolución de los precios, estamos habituados a términos como inflación, deflación e incluso desinflación.
Sin embargo, algunos otros términos menos conocidos son igual de relevantes, y en algunos casos, parece que preocupantes. Este es el caso de la denominada Estanflación.
En los últimos meses, fundamentalmente en Estados Unidos, este es un término que está en boca no sólo de la prensa especializada, sino de la generalista incluso de los propios ciudadanos. Leíamos en la prensa especializada como recientemente, las búsquedas sobre la definición de este concepto se disparaban en el principal buscador de Internet.
Todo esto tiene una explicación, la experiencia vivida en la década de los 70 del pasado siglo en Estados Unidos, genera un entorno de miedo en un contexto de recuperación más lenta de lo previsto combinada con un aumento de precios más rápido de lo esperado.
No se trata de un fenómeno exclusivamente estadounidense. De hecho, los principales bancos centrales llevan más de dos meses mostrando su preocupación por el aumento de la inflación que, se presuponía transitoria.
Sin embargo, es cierto, que los indicadores de empleo, crecimiento de precios y tasa de recuperación en Estados Unidos son preocupantes, al menos desde el punto de vista del análisis a corto y medio plazo.
Qué es la estanflación
Básicamente la estanflación es un entorno de crecimiento de la inflación que se produce en el marco de unas tasas de desempleo elevadas. Es una contracción de las palabras estancamiento e inflación y, técnicamente, se considera un efecto complejo que une lo peor de dos situaciones enfrentadas, aumento de precios y aumento de desempleo.
Técnicamente, un proceso de recesión (dos trimestres consecutivos de bajada del producto interior bruto) unido a una inflación alta se puede considerar una estanflación.
Como indicamos, se considera un escenario económico complejo, de mucha dificultad en la corrección. Habitualmente, suele chocar con las medidas tradicionales para la reactivación de la economía, que empeoran la parte inflacionaria, y por otro lado también choca con las medidas de restricción monetaria que se emplean para combatir la inflación, generando mayor componente de estancamiento.
Se trata de un escenario que, como se pudo comprobar en Estados Unidos en los años 70, genera lo que se denomina posiciones Loss-Loss para los organismos Bancarios Centrales que no pueden aplicar de manera directa medidas eficaces que no afecten a una de las dos partes que componen el término.