Pocas personas dudan que las criptomonedas han llegado para quedarse. Los activos digitales están constituyendo un universo propio, con un mercado creciente, en el que, de hecho, ya empiezan a influir en otros segmentos y sectores. Sin embargo, para la gran mayoría de personas, sigue siendo un entorno poco conocido y sobre el que existen muchas dudas a la hora de plantearse la inversión.
No procede aquí explicar lo que es una criptomoneda, pero si poner un ejemplo bastante claro para entender los motivos por los que este tipo de activos se están instalando de manera definitiva en los sistemas monetarios, financieros, y, por qué no, en nuestra manera de entender las finanzas.
Cómo entender que significa invertir en criptomonedas
El ejemplo claro lo tenemos aquí:
Supongamos que el 18 de marzo compramos un Bitcoin en el precio que hubiéramos pagado en ese momento por el activo digital sería de 5120,94 $. Ahora veamos lo que ocurre con el precio un año después: el 18 de marzo de 2021 el precio de Bitcoin se situaba en 55.888 $. Es decir, si alguien hubiera adquirido 1 U de este activo digital el 18 de marzo de 2020, y lo hubiera vendido 18 de marzo de 2021 hubiera obtenido un beneficio de alrededor de 50.000 $, por un precio inicial ligeramente superior a los 5000 $, si, estamos hablando de un beneficio alrededor del 1000%.
Pero, ahora imaginemos que esa persona, viendo un crecimiento imparable de Bitcoin en los últimos meses ha decidido comprar el activo el 18 de marzo de 2021, es decir, pagándolo a 55.888 $. La evolución del activo desde entonces ha sido mala, de hecho, con una caída de valor notable que le llevó el domingo 23 de mayo a un balón de 33.018 $. Es decir, en menos de dos meses el valor del activo habría disminuido 22.000 $ aproximadamente.
En estos dos ejemplos tenemos los extremos que hacen que podamos definir la palabra fundamental a la hora de entender la inversión en criptomonedas: volatilidad.
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Efectivamente, al calor de la evolución de los activos digitales hay personas que han ganado fortunas. Pero, para la mayoría del inversor medio, poco dado a estar pendiente de manera constante del mercado, en general, salvo quien no entra en pánico y ha sabido mantener los activos a contra marea y soltarlos el momento adecuado, la inversión no compensa en la relación riesgo/posible rentabilidad.
No se trata de un modelo de inversión sobre el que se pueda establecer previsiones similares a las que sí podemos hacer con otros activos. Tampoco se trata de un modelo en el que, hasta ahora, el análisis fundamental sea clave ya que, los hechos geoestratégicos, parecía no influir demasiado a las criptomonedas. Sin embargo, los últimos movimientos y anuncios alrededor de Bitcoin protagonizados por Elon Musk ha demostrado que, efectivamente, los movimientos de las llamadas ballenas si influyen de manera notable del valor de mercado de los activos. Más aún, que la conexión entre las industrias tecnológicas emergentes y las criptomonedas nos llevará en un futuro no muy lejano a un escenario en el que el análisis fundamental también será importante (y bastante clarificador) en este mercado.