La citricultura es el conjunto de técnicas agronómicas orientadas a la producción de especies vegetales principalmente del género Citrus, aunque también se engloba alguna otra especie de menor interés agronómico como son Fortunella y Poncirus.
Existen varios cultivos, entre ellos:
- Naranjo
- Mandarino
- Pomelo
- Limonero
- Lima
- Tangelo
España, por su volumen de producción, es la quinta productora mundial. Sin embargo, a diferencia del China, Brasil o EEUU, que dedican su producción a consumo interno o a la fabricación de zumos, la producción española ha estado siempre muy ligada a la exportación de fruta fresca, siendo el principal exportador de cítricos de la cuenca mediterránea. Este cultivo representa en España el 9% de la superficie de regadío y el 1,2% de la SAU.
La citricultura española ha sido desde inicios del siglo XX, salvo el intervalo entre los años treinta y la mitad de los años cincuenta, un sector en expansión, y actualmente sigue manteniendo tasas positivas de crecimiento, pero con unos ritmos mucho menores.
En la actualidad, Asaja exige medidas para acabar con el abuso de precios a los citricultores, ya que denuncia que las explotaciones citrícolas atraviesan una crisis de precios y falta de rentabilidad sin precedentes, con precios por debajo de los costes de producción, mientras el consumidor compra el producto a precios astronómicos.
Es por ello por lo que exige a las administraciones medidas efectivas para acabar con el abuso a los citricultores. El precio medio de coste de producción de un kilo de naranja en el Valle del Guadalquivir está en torno a los 0,15 euros el kilo, mientras que en los supermercados la media está por encima de los 1,60 euros el kilo.
La evolución de la producción citrícola desde finales de los 80 ha estado ligada, principalmente, a los incrementos de superficie y no a los incrementos del rendimiento por hectárea. El incremento del volumen exportado ha sido consecuencia del aumento del porcentaje de producción exportado y, en el caso de las mandarinas, también al incremento de superficie.
La producción citrícola se encuentra localizada en cuatro comunidades autónomas:
- Comunidad Valenciana (Alicante, Castellón y Valencia)
- Murcia
- Andalucía (Almería, Huelva, Málaga y Sevilla)
- Cataluña (Sur de Tarragona).
La superficie se encuentra distribuida entre ellas de una forma muy heterogénea, siendo la Comunidad Valenciana (con un 65%) la que más superficie posee, a pesar de la fuerte expansión que se ha producido en el resto de zonas.
Zonas tradicionales minifundistas y especializadas
Esta zona se encuentra situada en el litoral de la parte central de la Comunidad Valencia, representando el 60% de la superficie de la comunidad. Estas zonas se caracterizan por los siguientes rasgos: fuerte especialización en el cultivo de cítrico, con la superficie citrícola estabilizada (las variaciones oscilan entre un -5% y un 5%); minifundismo muy extendido (más del 60% de las explotaciones tienen menos de 5 hectáreas), y la presencia de grandes explotaciones es muy reducida.
El proceso de ajuste ha sido muy fuerte en estas zonas; la superficie ocupada por las pequeñas explotaciones se ha reducido (generalmente en más de un 20%) y ha aumentado la superficie gestionada por las explotaciones de más de 10 hectáreas (el peso de las grandes explotaciones, aunque ha aumentado, sigue siendo muy reducido). Como consecuencia se ha producido un importante aumento porcentual del tamaño medio, a pesar del cual éste sigue siendo muy reducido (en torno a 1,3 hectáreas).