Unos de los gastos que más nos preocupan es el que realizamos en combustible. Por supuesto, hay transporte público para llegar a la mayoría de los sitios pero también es cierto que muchas veces, el tiempo necesario para llegar del punto A al punto B en este tipo de transporte, se multiplica por más de 2 al tiempo necesario si se va en coche o moto.
Tampoco hay que olvidar la comodidad, está claro. La mayoría, preferiremos siempre realizar un viaje en coche que en autobús público, ya que de esta manera, podemos personalizar por completo el recorrido, ir por la ruta que más nos guste, elegir si pagar o no peaje, hacer las paradas que necesitemos o nos apetezcan y compartir el vehículo con quien nosotros decidamos.
Como todo lo que supone una mejora en el mundo, esto también se paga. Hacer los trayectos en coche en vez de en metro o autobús, tiene su precio.
Viajar en coche tiene unos gastos más o menos fijos: Compra del vehículo, cambio de ruedas, seguro de automóvil… El problema viene cuando los gastos variables se descontrolan y esto lo provoca el aumento constante en el precio de la gasolina.
El aumento en los últimos años
En agosto de 2009, llenar un depósito de 55 litros de gasolina costaba de media 59,9 euros. Hoy en día, repostar esa misma cantidad supone un gasto de casi 85 euros.
El aumento en los últimos 4 años del precio de esta materia prima ha sido del 40%.
Previsiones para 2014
Para el próximo año, no se esperan subidas desmesuradas. Lo más seguro es que se aplique una subida adecuada al IPC.
Comparativa con otros países europeos