Sin duda, uno de los alimentos estrella de las familias españolas, es el pan. Cada día, las familias acompañan la comida y la cena con uno o varios trozos de pan, y también algunos lo suman al desayuno. Comer pan es recomendable, ya que aporta al organismo hidratos de carbono, que nos ayudarán a tener más energía ya que se queman lentamente. El pan sin duda, es un alimento esencial en la compra de cada día. Pero, ¿cuánto nos gastamos?
A lo largo de los años, los precios han ido evolucionando mucho. Hace 50 años, podías comprar una barra de pan por 9 pesetas, pero esos tiempos ya terminaron. Y sobre todo, desde que el mercado de pan, se ha empezado a hacer la competencia. Bueno el mercado no, más bien las franquicias.
Desde hace meses, podemos ver en cada esquina muchas empresas de bollería industrial que hacen a la vez de cafetería para el entretenimiento de los más mayores, y la merienda de los más pequeños. Un 5% del gasto de la cesta de la compra corresponde al pan. Y es así porque los españoles consumimos una media de 36 kg de pan al año.
Generalmente, muchos de estos alimentos, son elaborados fuera de estos establecimientos, y sólo se limitan a meterlo al horno. Pero no siempre es así. Los españoles, a pesar de que parezca lo contrario, somos habituales a nuestro sitio de toda la vida, en lo que al pan se refiere. A pesar de las caídas de consumo que hemos vivido durante los últimos 20 años, según el Ministerio de Agricultura, parece que ahora va remontando.
Durante el año 2013, el gasto de pan se mantuvo estable, principalmente porque el precio medio de este producto bajó un 1,9%. Un aumento del consumo sin aumentar el gasto. A pesar de esta bajada, el negocio del pan llega a 3.903 millones de euros.
Precio del pan
- Barra normal: 50 céntimos
- Baguette: 80 céntimos
- Barras de semillas: 1 euro
Estos precios pueden variar en hasta un 50% dependiendo del establecimiento donde lo compremos. 4 de cada 10 kilos de pan se compran en la tienda habitual, y un 51% se compra en supermercados o hipermercados. Un 84% de los consumidores de pan, prefieren al pan fresco antes que el pan industrial, aunque muchas veces no se sabe si es industrial o no, por lo que podemos fijarnos en detalles como los hornos que pueda haber, cómo llega el pedido, o si se puede ver como hacen la masa. A pesar de la elección por el pan fresco, la comodidad de comprarlo en el súper o en la gasolinera está llegando también al mercado del pan.
