La reciente compra de Twitter por parte de Elon Musk ha dado lugar a numerosas interpretaciones. Las declaraciones del propio empresario no revelan directamente las razones por las que ha comprado esta red social. En este artículo trataremos de entender las verdaderas razones.
El romance entre Elon Musk y Twitter viene de lejos. Estos días los medios recuerdan una conversación en Twitter en 2017 en la que Musk decía que le encantaba esta red social. En ese momento, un usuario le respondió que debería comprarla y el fundador de Tesla le preguntó cuánto valía.
Aquella conversación pudo ser una anécdota, pero con el beneficio del tiempo, parece premonitoria.
¿Cuál es el problema de Musk con Twitter?
La anécdota de 2017 es una más en la larga relación de Elon Musk con Twitter. Recordemos que este multimillonario no sólo tiene millones de seguidores en esta red social, sino que ha generado contenidos polémicos y algunos escándalos conocidos. Por ejemplo, el juicio por difamación que ganó fue llevado a cabo tras un polémico tuit sobre un buzo que participó en una operación de rescate en Tailandia.
Según el propio Musk, esta compra millonaria tiene que ver con su concepto de la libertad de expresión y el potencial que podría tener la red social en este sentido. Esto llevaría a una situación un tanto extraña en la que la compra no tendría un potencial lucrativo para Musk. Algo a lo que no estamos acostumbrados cuando se trata de este tipo de adquisiciones.
¿Libertad de expresión o negocio?
Los analistas están divididos. Para algunos de ellos, se trata de un movimiento empresarial planificado. No hay que olvidar que Elon Musk es uno de los principales accionistas no sólo de Tesla, sino también de algunas de las empresas con mayor potencial económico de cara al futuro, como SpaceX. En todas estas empresas, Twitter tendría un lugar destacado y un gran potencial en cuanto a número de seguidores y tráfico de mensajes.
Por otro lado, este multimillonario sí es conocido por movimientos económicos que pueden parecer excéntricos para cualquier otro empresario. A partir de este análisis, no son pocos los que afirman que la compra sí podría tener mucho que ver con la personalidad de Musk y su deseo de una red social sin filtros y con menos control sobre sus contenidos.
Hay que recordar que la actual compra se produce tras una primera adquisición de un 9,2% de la compañía en enero. Tras esa compra inicial, Elon Musk no quiso participar en el consejo de administración porque no quería estar sujeto a ninguna responsabilidad ni control.
El mensaje sobre la libertad de expresión en un tuit publicado para anunciar la compra de la red social parece apuntar en esta dirección. El concepto de plaza pública digital del multimillonario parece haber jugado un papel clave en su deseo de comprar Twitter.
