Durante el primer semestre del presente año, y en plena subida de los precios de los combustibles en nuestro país, accedimos a la información de un interesante estudio que venía a relacionar dos elementos curiosos sobre la situación económica y el tráfico; por un lado la disminución de los atascos como elemento señalizador de la tasa de desempleo creciente, y por otro lado, la brutal caída del uso de los vehículos públicos en desplazamientos medios y cortos, como consecuencia efectivamente de la situación económica dura y de unos precios del combustible que por entonces estaban en ascenso, aunque se hayan reducido ligeramente a comienzos del presente mes de agosto.
Dentro de estos movimientos, nos interesa destacar el hecho de la caída del transporte aéreo en nuestro país, que, aunque viene acompañado de una subida (muy ligera) del transporte ferroviario, que no se compensa, y transmite de nuevo una sensación de caída constante y sostenida del uso del transporte en nuestro país.
Aunque probablemente los datos del mes de julio y agosto (que se conocerá en Septiembre) en plena época estival acaben maquillando un poco los resultados del tercer trimestre, lo cierto es que un 16% menos de viajeros utilizaron el avión en el mes de junio, mientras que solamente un 0,1% de viajeros más utilizaron el transporte ferroviario.
Si seguimos analizando los datos del INE relativos al uso y precios de transportes, vamos a ver cómo el transporte público urbano, interurbano, especial y discrecional, se ha mantenido más o menos en los usos del mismo mes del pasado año 2012, con apenas un 0,1% de incremento, sin embargo, el equilibrio es complejo ya que el transporte urbano sí que cayó un en 4,1% junio, el transporte metropolitano un 6,9% (con el ejemplo del metro de Madrid con una caída por encima de la media situada en 9,4%) y sólo en casos muy concretos como el de Aragón, Canarias o País Vasco, con incrementos muy pequeños, se puede hablar de un crecimiento de este transporte urbano.
