El pasado sábado entraba en vigor la subida de la luz con la que, según anuncia el gobierno, se pondrá fin al déficit de tarifa, esta medida se pone en marcha de manera inmediata con su publicación en el Boletin Oficial del Estado el citado sábado día tres de agosto.
Este 3,2% de aumento en la tarifa del recibo eléctrico, se aplica escasamente un mes más tarde de aquel incremento del 1,2% aplicado ya en el recibo de la luz para el tercer trimestre del año. De esta manera y tras este nuevo incremento nos encontramos con una subida del precio de la electricidad en el último año y medio del 8%; pero, más allá, si tomamos como referencia el precio de la luz y su evolución a lo largo de la primera década de este siglo, veremos cómo el crecimiento de la tarifa eléctrica nuestro país resulta muy grande, con porcentajes que superan el 65% en períodos no superiores a 10 años, lo que de hecho, nos ha convertido en el país de la Unión Europea con el precio más caro de la electricidad para el consumidor final.
Desde el punto de vista de la recaudación, a este incremento en el precio de la electricidad se le imputa unos ingresos antes del cierre del presente año que rondan los 400 millones de euros, una recaudación con la que se supone, en el tiempo, se acabará con el controvertido déficit de tarifa que llevamos presentando a lo largo de los últimos años; en lo que el gobierno entendía como un reparto de los esfuerzos para eliminar el déficit de tarifa en el que los ciudadanos deben aportar 900 millones anuales (vía aumento aplicado) las cuentas del estado otro tanto y las empresas con actividad regulada exactamente el triple (2.700 millones).
En la actualidad el déficit de tarifa en nuestro país queda cuantificado en los 26.000 millones de euros, y es fruto del desfase entre lo que cuesta la electricidad y lo que se obtiene de su comercialización, en cualquier caso sea como sea, lo cierto es que en un lapso de escasamente un mes, nuestros recibos de la luz han aumentado un 4,4%.
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