Aunque todavía no hemos alcanzado el ecuador de 2009 algunos expertos ya empiezan a aventurar cuál será el comportamiento del IPC 2010. Por el momento los datos relativos al primer trimestre de 2009 confirman las previsiones realizadas para el presente ejercicio. Es decir, fuerte caída de la inflación.
Tras confirmarse es primer escenario de desinflación muy cercano a la deflación se plantean dos posibles desenlaces para el IPC del año 2010. Lo curioso es que como suele ocurrir se trata de dos posiciones enfrentadas y hasta cierto punto extremas. La primera es la más negativa y dibija una duradera deflación, algo hasta ahora insólito en España y cuyo principal antecedente internacional sería Japón (nada halagüeño, por cierto). Sin embargo, tanto desde el Gobierno como desde otros organismos consideran que veremos esos extremos.
De hecho, las medidas anticrisis del Ejecutivo y la política comunitaria en materia de divisas puede dar lugar al efecto contrario. Es decir, a una situación de superinflación o hiperinflación. Por muy desalentador que parezca, este repunte inflacionario servirá como inicio de la recuperación económica y en cualquier caso todavía está por determinarse cuál será su magnitud.
Si aceptamos que 2009 será un año básicamente de desinflación (que no deflacionista) hasta prácticamente el final del verano y que a partir de entonces el IPC empezará a repuntar aunque no de forma brusca estaríamos alineándonos con las previsiones realizadas por Funcas. La Fundación de Cajas de Ahorro estima que el IPC 2009 será del -0,1% en su media anual, aunque diciembre cerraría en el 1,3%. Sus expectativas para el IPC 2010 sitúan la tasa media en el 2% con un desarrollo mensual que sería el siguiente: