Desde 2008 la inflación ha estado muy ligada al precio del petróleo. Si durante la primera mitad de 2008 se registraron fuertes presiones inflacionarias por el coste del crudo, en la segunda mitad el efecto fue el contrario, lo que se tradujo en caídas que se extenderieron al curso actual como refleja el IPC 2009. Evidentemente la crisis económica y el aumento del paro también han tenido parte de culpa en la caída del IPC hasta tasas negativas en marzo, ya que las familias han reducido el consumo y muchos comercios han respondido ajustando sus precio.
Sin embargo, está claro que los precios de la energía, y más en concreto la que deriva del crudo, tienen una fuerte influencia sobre el IPC. En un momento donde todavía se debate sobre un una posible deflación a corto plazo con un final en hiperinflación a largo, el petróleo parece haber detenido la sangría de precios y repunta de nuevo. La tendencia no debería sorprendernos demasiado, ya que se produce todos los años con la llegada del verano y el buen tiempo. Además, si nos paramos a analizar la caída del precio del crudo (al margen de teorías sobre un golpe del petróleo que por otra parte es recomendable leer) nos damos cuenta que buena parte está causada por la crisis económica y la consiguiente caída de la demanda. En el fondo, tal y como explica en su blog Andris Piebalgs, Comisionado de Energía de la CE, en su blog, los fundamentales que guían el mercado de la materias primas y del petróleo no han cambiado, por lo que podemos esperar una tendencia alcista a medio y largo plazo.
Actualmente el barril de crudo se compra a casi 60 dólares y subiendo. ¿Hasta dónde? La ‘meta’ según la Agencia Internacional de la Energía está en los 200 dólares en un plazo de cuatro años siempre y cuando no se vuelva a producir una escalada como la vivida en 2008. Desde Actibva Predicciones preguntan si no alcanzará los 75 dólares en dos meses. Una nueva subida del precio del crudo serviría para mitigar las caídas del IPC e incluso estabilizarlo antes de asistir a las presiones inflacionistas y la superinflación que ven muchos economistas.
Por si acaso, los precios de los carburantes ya han subido (antes incluso que los del barril de crudo). Con motivo del verano y el aumento de los desplazamientos (también gracias a los puentes) el coste de la gasolina y el gasóleo se ha encarecido un 2% y un 1% respectivamente sólo en la última semana y prometen seguir haciéndolo como siempre que llega el buen tiempo.
Lo peor es que según el Informe anual de la Comisión Nacional de la Energía, la gasolina sigue siendo más barata en España que en Europa, pero su precio se incrementa a un ritmo mayor que en el resto de economías del Viejo Continente. Si sigue esta tendencia, el IPC 2009 no tardará en reflejarlo.