Prestar atención al IPC chino, al menos coincidiendo con su evolución semestral, es interesante no sólo porque se trata de un gigante económico mundial, sino porque nos suele plantear escenarios interesantes de análisis. En este caso, además, con señales contradictorias en las que, como veremos, mientras los precios al consumidor se reducían, los industriales se disparaban.
Atendiendo a los datos oficiales, el IPC chino se coloca en julio rozando el 1,1% interanual que obtenía en el mes de junio. Mejorando ligeramente la previsión del 0,8%. Pero, sin embargo, los precios industriales, se disparaban creciendo un 9%.
Realmente, aunque sea una situación contradictoria en cierta medida, hay diferentes explicaciones, y, hasta cierto punto era esperable.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que, en el aumento de los precios industriales, está influyendo de manera considerable el aumento de precios de las materias primas. El sector industrial chino no reacciona a la subida de valor de las materias primas a la misma velocidad que, por ejemplo, el sector industrial europeo. Esto significa que los movimientos de valor al alza de las materias primas repercuten más tarde, pero, en algunos casos, como el mes de julio, lo hace con carácter acumulado. De hecho, se ha vuelto a los parámetros del mes de mayo, en los que se registraron los precios industriales más elevados en más de una década.
Según las propias autoridades reguladoras, los precios del carbón y del crudo, y los derivados de ambos, empujaron el Índice de Precios industriales. Para entender mejor este impacto, vemos que este índice, desde el punto de vista acumulado, lleva un 7,6% en el primer semestre. Pero, en julio, alcanza un 12% interanual.
Y por qué se frena el IPC
La ralentización del IPC, que crece un 0,3%, tiene que ver, según los especialistas, de manera directa con los precios de la alimentación.
Hay dos factores que influyen en estos precios, por un lado, el aumento de costes en verduras y hortalizas derivado de las inundaciones y grandes tormentas que han afectado a la producción en parte de las principales zonas productivas del país. Pero, sobre todo, por la tendencia marcada por un producto concreto: la carne de cerdo.
En el mes de julio, la carne de cerdo en China se abarató prácticamente un 45% respecto al precio que tenía en el mismo mes del año 2020. Esto tiene que ver con la recuperación de una parte importante de la cabaña porcina que, recordamos, se vio muy afectada por la peste porcina en el año 2020.
En China, el consumo de carne de cerdo no sólo es muy elevado, sino que es estratégico desde el punto de vista económico. La influencia que ha tenido en este caso en la ralentización del IPC lo demuestra. También, lo demuestra, el hecho del empeño sino en lograr el autoabastecimiento de carne de cerdo de manera integral antes del año 2031. La no dependencia de la importación, es uno de los objetivos para este producto tan importante en el conjunto de los precios del gigante.