¿Hay relación entre el consumo y el ego?

Continuamente, se realizan estudios sobre variables o momentos de la vida, que tienen relación con cosas que nunca hubiéramos imaginado. Por ejemplo, hace años, sorprendió mucho la elaboración del índice Big Mac, que mide la inflación en los distintos países del mundo, comparando el precio de esta hamburguesa tan conocida. Pues esto no solo ocurre con la economía, sino también con la vida real. ¿Crees que el ego y el consumismo tienen algo que ver?

Si nos ponemos a pensar, la mayoría de las veces que vamos a algún establecimiento hay alguien enfadado, discutiendo o quejándose. Por ejemplo, en los cajeros del banco, por el tiempo de espera en algún organismo público, o por la cantidad de gente que hay esperando para comprar el pan. Todas estas situaciones, tienen que ver con el día a día, y con el consumismo. Y en todas ellas se puede apreciar, que todos aquellos que están «incómodos» tienen un ego bastante elevado. Y lo peor es que las razones que suelen dar son tremendamente estúpidas. 

hogares

Todo esto tiene que ver con nuestra cultura de consumo. Generalmente, todos los que se quejan son aquellos que tienen todo, y que nunca han sentido necesidad de nada, por eso están acostumbrados a no esperar, a que el cajero haga su función o a que la gente suba al autobús ordenadamente. Son cosas de la vida. Estamos convencidos de necesitar esas cosas, en ese mismo momento, y de no poder «esperar». La diferencia está en que las personas piensan que se les «debe algo» y no que «merecen algo». Y la línea que separa estas dos ideas es muy muy fina.

Sue L.T. McGregor, un economista, investigador y catedrático en la Facultad de Educación de la Universidad Mount Saint Vincent ha discutido sobre este tema: «Recuerde que, en una sociedad de consumo, la gente tiene expectativas muy altas para la gratificación personal.»»Las personas sienten que tienen derecho a que todas sus expectativas, entonces su comportamiento no es extraño»

Pero parece que los consumidores están empezando a interesarse más en la compra responsable. Y muchas empresas ya están pensando en esto y marcándose unos objetivos adecuados. La clave es pensar en la situación de los «contrarios», aunque sea complicado. Pueden haber tenido un mal día, igual que el resto de los mortales, por mucho que estén tras una máquina que tiene que proporcionarnos un servicio.

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