Como ya sabemos, el IPC se adapta a los cambios del mercado y de los hábitos de consumo en un plazo muy breve de tiempo; Se puede detectar la aparición de nuevos bienes o servicios en el mercado para su inclusión en el IPC, así como la desaparición de los que se consideren poco significativos.
Básicamente, el proceso de cálculo es el mismo que el de un Laspeyres: se calculan medias ponderadas de los índices de los artículos que componen cada una de las agregaciones funcionales para las cuales se obtienen índices, y se compraran con los calculados el mes anterior. En este caso las ponderaciones utilizadas no permanecen fijas durante todo el período de vigencia del sistema.
Por tanto, la expresión de la fórmula general es la siguiente:
donde:
es el índice general en el mes m del año t referido al año t-1.
es la ponderación del componente i referida al año t-1.
es el índice del componente i en el mes m del año t referido al año t-1.
¿Cómo se mide?
Para la correcta medición de la evolución de los precios es preciso estimar en qué medida la variación observada del precio es debida al cambio en la calidad del producto y qué parte de esta variación es achacable al precio, independientemente de su calidad.
¿Qué método se utiliza?
Los métodos más utilizados en el IPC son la consulta a expertos, que consiste en solicitar a los propios fabricantes o vendedores la información para poder estimar el cambio de calidad; los precios de las opciones, que analiza los elementos componentes del antiguo producto y del nuevo para establecer el coste de las diferencias entre ambos; y el precio de solapamiento, basado en suponer que el valor de la diferencia de calidad entre el producto que desaparece y el nuevo es la diferencia de precio entre ellos en el periodo de solapamiento, es decir, en el periodo que estén en vigencia los precios de ambos.
Cabe destacar que el IPC (inflación) es uno de los parámetros económicos más vigilados por todos los agentes de la economía. Al tener una periodicidad de publicación mensual (por el INE) sirve como base para hacer predicciones del rumbo que seguirá la economía y cómo está evolucionando. Pero lo más curioso del IPC es que al ser un parámetro que engloba la evolución de precio de tantos diferentes elementos a la hora de realizar su cálculo puede variar mucho dependiendo de los elementos que se mezclen en el cóctel.
De todos modos el IPC, base 1992, no contemplaba la recogida de estos precios por lo que su inclusión en el nuevo Sistema producirá una ruptura en la serie de este indicador, que no es posible solucionar totalmente con el método de los enlaces legales, utilizado cada vez que se lleva a cabo un cambio de base.
No obstante el INE facilitará los datos correspondientes a las tasas de variación a largo plazo, para evitar la falta comparación por la ruptura de la serie.