España en guerra, de precios…

¿Estamos en guerra? Aunque parezca raro es una de las razones de este artículo, dejar a la vista de todos que los consumidores, la crisis, el Gobierno y las empresas se han embarcado en una guerra de precios.

Esta situación ha terminado explotando por el lado menos pensado, una bajada de precios justo cuando el IPC está en alza, con altas remuneraciones en productos de ahorro cuando las entidades necesitan ser solventes, y prudentes, y con tarifas en los móviles por el suelo, en momentos de contracción del consumo.

Pero lo más impresionante de esta guerra que vive España es el poder de desafío que se ha lanzado entre empresas y Gobierno, en especial en el tabaco y los depósitos de alta rentabilidad.

Veamos los tres frentes de batalla en esta guerra de precios

Guerra de pasivo

Tal vez el primer gran conflicto de intereses y de contradicciones. La banca necesitaba captar dinero en el mercado, y optó por el minorista, con una estrategia muy clara, ofrecer tipos de interés muy altos lo que terminó por desencadenar una competencia feroz.

Para detener esta «locura», el Gobierno que busca ordenar el sistema financiero (un poco tarde) ha implementado una tasa a los depósitos de alta remuneración, obligando a la banca a aportar dinero extra en caso de pagar tipos por sobre el umbral de rentabilidad que se establece para esta normativa.

Sin embargo, se han escuchado voces contradictorias porque según la banca española, esta medida perjudica a los entidades nacionales ya que las extranjeras que no están adheridas al Fondo de Garantía de Depósitos no les afectará.

Guerra de tabaco

Otro de los puntos de choque entre empresas y el gobierno ha sido el precio de los cigarrillos que llevan adelante el sector con una finalidad clara, que el Gobierno modifique la estructura fiscal del tabaco.

¿Cuál es la finalidad de esta estrategia? La revisión al alza del impuesto mínimo, ya que esta medida, les permitiría a las marcas más importantes, soportar una menor presión por parte de los fabricantes más baratos, que poco a poco han incrementado su cuota de mercado.

Guerra de tarifas en los móviles

La bajada de precios en móvil está en su momento más duro. Movistar ha comenzado a ofrecer una tarifa de seis céntimos por minuto para detener el crecimiento de las low cost, y ahora Orange la ha imitado con el mismo precio por minuto, pero con SMS más baratos y un consumo mínimo menor.

Sin embargo, no será fácil vencer a las compañías de bajo coste, Happy Móvil, Pepephone o Eroski Móvil tienen la misma tarifa de seis céntimos por minuto que estas dos grande operadoras, sin embargo, tienen una ventaja, no tienen compromiso de consumo mínimo.

Por ejemplo, más barato que esto está la promo de Jazztel, de cinco céntimos por minuto del móvil, con tres euros de consumo mínimo y Yoigo que permite llamadas por cuatro céntimos, siempre que gaste al menos 39 euros al mes.

Por último, Másmovil ofrece un precio de tres céntimos y basta con que consuma 19 euros al mes para conseguirlo.

Mientras se puede, como consumidores, a aprovechar estos precios, aunque todos sabemos que lo bueno dura poco…

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