El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que la inflación en España cerró el 2024 con una tasa del 2,8%, un dato que, aunque inferior al del año anterior, sigue afectando a los bolsillos de los consumidores.
Uno de los principales responsables de este aumento han sido los carburantes, que se han encarecido en la recta final del año. Pero no han sido los únicos: los paquetes turísticos y otros servicios relacionados con el ocio también han subido notablemente.
¿Qué ha impulsado la inflación en 2024?
Aunque el 2,8% es una cifra inferior al 3,6% con el que cerró 2023, sigue estando por encima del objetivo del 2% que marca el Banco Central Europeo. ¿Por qué ha subido tanto?
- El precio de la gasolina y el diésel: La guerra en Ucrania y la reducción de producción de petróleo han elevado los precios de los combustibles. En diciembre de 2024, el precio del diésel estaba un 10% más caro que a principios de año.
- Los paquetes turísticos: El turismo ha tenido un año fuerte y los precios de los viajes organizados han subido. Esto afecta especialmente a quienes han intentado viajar en temporada alta.
- Alimentos y restauración: Aunque han subido menos que en 2023, siguen por encima de la media, especialmente productos básicos como la carne, el pescado y el pan.
¿Cómo te afecta esto?
Lo más preocupante de este dato es que, aunque la inflación ha bajado respecto a 2023, los precios siguen altos. Eso significa que lo que subió no ha vuelto a su nivel anterior, sino que simplemente ha dejado de subir tan rápido.
Si en 2022 y 2023 ya notaste que todo costaba más, 2024 no ha sido una excepción. Y lo peor es que los salarios no han crecido al mismo ritmo, lo que hace que la gente tenga que ajustar cada vez más su presupuesto.
¿Qué pasará en 2025?
La gran pregunta es si los precios seguirán subiendo o si se estabilizarán. La previsión es que la inflación siga moderándose en la primera mitad de 2025, siempre y cuando el precio de la energía no vuelva a dispararse.
Sin embargo, hay factores que pueden hacer que la inflación se mantenga alta, como la política monetaria del Banco Central Europeo o las tensiones en los mercados de materias primas.
Para los consumidores, la clave en 2025 será controlar el gasto, priorizar el ahorro y buscar maneras de proteger el dinero frente a la pérdida de valor.