La pandemia mundial por Covid-19 ha supuesto un duro impacto para las economías de la mayor parte de países del mundo y Estados Unidos no se escapa a esta tendencia.
China, uno de los gigantes tecnológicos, ha sufrido pérdidas surrealistas que nadie esperaba, con el desplome del beneficio de las grandes empresas chinas y lo mismo está ocurriendo con Estados Unidos. A lo largo del mes de abril, el IPC norteamericano ha caído un total de 0,8%. Una estrepitosa caída que no sucedía desde la crisis del 2008, de manera que la tasa interanual se frena un 0,3%.
Es importante recordar que durante el mes de marzo, el IPC se encontraba en una tasa interanual del 1,5%. Los expertos afirman que la economía estadounidense está pasando uno de los peores momentos en toda su historia, prácticamente congelada por el parón de actividad provocado por el virus. Sin tener en cuenta los precios más volátiles del mercado actualmente, que son los alimentos y los combustibles, nos encontramos ante un descenso del 0,4%, que no se había visto desde el 57 del siglo anterior.
Una bajada del indice de precios al consumo a niveles de 2008
Como mencionamos anteriormente, en el cómputo interanual se posiciona en una bajada que no se veía desde hace casi una década. Si nos centramos en la caída de precios por productos, podemos ver como el crudo ha resultado de los más afectados, con una caída que alcanza casi el 21%. Otros de los productos que han experimentado caídas importantes, han sido los de ropa, billetes de avión y seguros de coche, entre otros.
Como ya mencionamos, uno de los productos cuyo precio más ha aumentado, ha sido el de los alimentos, y lo ha hecho en un 1,5%. No obstante, en marzo fue cuando se experimentó la mayor subida que se ha dado en el precio de alimentos desde 1974, puesto que la gente almacenó comida de forma masiva y los precios llegaron a ascender hasta un 2,6%. Además, ciertos productos se han vuelto todavía más exclusivos si cabe, ante el parón de actividad por la cuarentena, de manera que alimentos en concreto como los de cerdo o ternera han aumentado un 6,8% y un 7,5%, respectivamente.
No cabe ninguna duda de que estas subidas y bajadas en los precios son consecuencia directa del confinamiento, pero son medidas que debían tomarse por el bien de la sociedad como colectivo, ya que nos encontramos ante un virus extremadamente contagioso y mortal, especialmente para personas mayores y personas que sean factor de riesgo.
Los expertos afirman que las consecuencias del coronavirus tienen un gran efecto sobre los precios debido al enorme choque sobre la demanda, la caída en los precios del petróleo y el fuerte dólar. Un alza en la inflación es la menor de nuestras preocupaciones.
Tratando de poner remedio a los efectos económicos causados por el coronavirus, la Reserva Federal estadounidense ha lanzado todo su arsenal monetario, recurriendo a inyecciones masivas de liquidez en los mercados financieros y a través de compras masivas de deuda y realizando una bajada en los tipos de interés hasta alcanzar casi el 0%. Por su parte, el Congreso ha puesto en marcha una serie de estímulos fiscales por valor de casi 3 billones de dólares.