Todos y cada uno de los análisis que en el día de hoy se realicen en lo relativo al descenso del desempleo van a comenzar anotando un hecho incontestable; agosto resulta un mes tradicional mente malo para el dato del paro ya que el final de los contratos de verano elimina el factor estacional y se refleja tradicionalmente en unos resultados comparativamente peores históricamente.
Efectivamente las cifras del paro publicadas hoy presentan una disminución que vendría a reflejar un período de seis meses de encadenamiento de la caída del paro, seis meses en los que el desempleo se ha reducido en cerca de 350.000 personas.
Sin embargo, y muy lejos de algunos mensajes triunfalistas de los últimos días que hablaban de datos históricos para este mes de agosto en lo que al desempleo se refería, la cifra de desempleados que abandonan tal estado comparativamente es pírrica; 31 personas en el conjunto del estado.
Efectivamente, y esto es cierto, estamos ante un dato histórico ya que es la primera disminución del número de parados registrados en los servicios públicos de empleo en el mes de agosto que se da desde el año 2000, sin embargo esta realidad incontestable tiene lecturas muy diversas algunas de ellas fuera del análisis oficial.
Y es que efectivamente en la serie histórica actual el mes de agosto resultaba tradicionalmente malo, pero, no exclusivamente debido al final de los contratos de estacionalidad en lo que se refiere al sector turístico, por otro lado cada vez más prolongados hasta el mes de septiembre, sino porque en el período citado, en el que la construcción generaba amplios porcentajes de empleo, el mes de agosto tradicionalmente no sólo resultaba ser el mes central de vacaciones de este sector, sino también un mes en el que disminuían notablemente los contratos. Con el sector de la construcción bajo mínimos en lo que empleo se refiere obviamente esta incidencia deja de adquirir relevancia, pero no porque haya más empleo sino porque el sector prácticamente ha tocado suelo y cuenta relativamente poco de manera comparativa a la primera década de este siglo.
En cualquier caso y a partir de este análisis de suelo obviamente todo lo que sea una política de descenso de la tasa de paro bienvenida ha de ser.
