Uno de los mayores gastos mensuales que tienen que soportar las familias, es el de la alimentación. Nuestro país, además se caracteriza por las grandes cantidades de comida que se desechan al día, y es habitual ver en colegios y comedores, campañas y carteles para no tirar la comida ni desperdiciarla. Solamente los que han llegado a pasar necesidad valoran realmente lo importante de derrochar comida, y es algo que debe preocuparnos a todos.
Un estudio reciente de una institución estadounidenses revela que a pesar de las variaciones de tiempo, malas cosechas o sequías, y a pesar de que el precio de los alimentos se dispare, los estadounidenses no lo notan. Esto es así porque gastan el 6,6% de su salario en alimentos consumidos en el hogar. Y con este porcentaje se convierten en el país que menos gasta del mundo.
Por el lado contrario de la lista, tenemos a Pakistán, donde cada persona gasta un 47,7 % del presupuesto familiar en alimentos para el hogar. Los picos de precios que pueda haber, se vuelven mucho más notables para toda la población.
El estudio realizado por el Departamento de Servicio de Investigación Económica de Agricultura de los EE.UU. tiene información sobre gastos de los hogares para la comida, el alcohol y el tabaco en todo el mundo. Para que el estudio sea relevante, se ha calculado el porcentaje en proporción a los salarios de la población en cada país, puesto que si se hiciera con el salario concreto no se podría ver el porcentaje.
Otro dato curioso que podemos encontrar en el estudio, es que si incluyésemos el gasto en alimentos fuera del hogar, es decir, cuando salimos de casa a comer o cenar, los estadounidenses siguen estando en primera posición, con el 11% del gasto. En el gráfico de barras podemos ver una medida de la fracción del gasto de los hogares a los alimentos consumidos en el hogar.
Los puntos que más destacaríamos del estudio son:
1. Los países más ricos gastan una fracción más pequeña de sus ingresos en alimentos. Esto es así porque cuando los países se hacen más ricos, empiezan a pasar más de su dinero en otras cosas – como el cuidado de la salud, ocio o alcohol. Por ejemplo, los surcoreanos gastaron un tercio de su presupuesto en alimentos en 1975; hoy se ha convertido en un 12%.
Pero esto, no es una verdad universal, depende del tipo de personas sean, por ejemplo hay países donde comer fuera es muy habitual y alimentos específicos de sus países con precios elevados, o viceversa. Por ejemplo, en la India se gasta una fracción más pequeña de presupuesto en alimentos que se consumen en el país que la de Rusia, que es mucho más rica. Del mismo modo, Corea del Sur gasta una parte menor de su presupuesto en alimentos que Japón.
2. Los estadounidenses gastan menos de los europeos en la comida. Esto puede ser porque EEUU es más rico, y gasta una proporción más pequeña. En concreto, el estadounidense gasta de media $ 2,273 por año en los alimentos consumidos en el hogar, mientras que el alemán gasta $ 2,481 por año. En Francia está cantidad es de $ 3,037 por año y en Noruega $ 4,485 al año en alimentos.
Estas diferencias de precios puede ser debido a los sistemas fiscales de cada país, o las veces que se come fuera de casa. Por ejemplo, en EEUU hay multitud de subsidios en la agricultura industrial, que ha supuesto la bajada de los precios.
3. Otro punto interesante es que en los países donde más se gasta en alimentos, hay malnutrición. Los países pobres gastan más en alimentos, y tienen más desnutrición. Esto se debe a la mala calidad de las comidas, y a la carencia de servicios como la sanidad o simplemente la higiene.