El arranque de 2025 ha traído consigo una noticia económica que afecta directamente a los bolsillos de los ciudadanos: el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha subido hasta el 3% en enero, según los datos adelantados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este repunte, que supone un incremento de dos décimas respecto a diciembre, tiene como principal motor el encarecimiento de los carburantes y la electricidad.
La subida del IPC no es solo un número. Se traduce en un aumento en el coste de la vida, con impacto directo en hipotecas, salarios y capacidad de ahorro de las familias.
Factores que impulsan la subida del IPC
Los dos grandes responsables de este repunte son los carburantes y la electricidad, dos componentes esenciales en la economía diaria de cualquier hogar:
- Carburantes: Enero ha estado marcado por una escalada en los precios de los combustibles. Tanto el gasóleo como la gasolina han experimentado incrementos notables, afectando directamente al transporte y a los costes de producción en varios sectores.
- Electricidad: A pesar de los intentos por contener la tarifa eléctrica, el consumo en invierno y ciertos ajustes regulatorios han provocado un encarecimiento de la factura.
Estos dos factores han empujado la inflación al alza, aunque otros elementos han tenido un comportamiento más moderado, permitiendo que la subida no sea aún mayor.
Comparativa con la inflación subyacente
Un dato relevante es la evolución de la inflación subyacente, que excluye los productos energéticos y los alimentos no elaborados por su volatilidad. En enero, esta inflación ha bajado dos décimas hasta situarse en el 2,4%.
Este descenso indica que, aunque los precios de la energía han empujado el IPC al alza, los precios del resto de bienes y servicios se están estabilizando.
Perspectivas para los próximos meses
Las previsiones para el resto de 2025 apuntan a una moderación de la inflación. El Banco de España estima que la tasa de inflación general se situará en torno al 2,1% para el conjunto del año. La estabilización de los precios energéticos y una menor presión sobre los costes de producción podrían contribuir a esta desaceleración.
Sin embargo, no hay garantías. Los expertos advierten que posibles conflictos geopolíticos o nuevas subidas en los precios del petróleo podrían alterar esta tendencia. De ahí la importancia de seguir de cerca la evolución del IPC en los próximos meses.
El aumento del IPC al 3% en enero deja claro que el coste de la vida sigue subiendo en España, aunque la inflación subyacente muestra signos de contención. La evolución de los precios energéticos y las decisiones de política monetaria serán claves para determinar si esta subida es puntual o el inicio de una tendencia más prolongada.