Si has notado que llenar el depósito o pagar la factura de la luz te cuesta más que hace unos meses, no es tu imaginación. La inflación en España sigue subiendo y ya alcanza el 3% en enero de 2025, marcando el cuarto mes consecutivo de incrementos.
Lo peor es que no parece una subida puntual. El precio del petróleo y la electricidad han sido los principales responsables de este repunte, y si continúan en esta línea, el coste de la vida seguirá encareciéndose en los próximos meses. Pero ¿qué significa esto para tu bolsillo y qué podemos esperar en el futuro?
¿Por qué está subiendo la inflación?
La inflación no sube por arte de magia. Hay razones muy concretas detrás de este incremento, y en este caso, hay dos culpables principales:
- La subida del petróleo: El precio del barril de Brent ha ido aumentando desde finales de 2024, y esto se ha traducido en una gasolina y un diésel más caros. Ahora mismo, llenar un depósito medio cuesta unos 5-7 euros más que hace solo tres meses.
- El precio de la electricidad: Desde enero de 2025, el IVA de la luz ha vuelto al 21%, lo que ha encarecido la factura eléctrica. Y si a esto le sumamos los precios más altos del gas y la mayor demanda energética en invierno, el resultado es una factura cada vez más difícil de asumir.
¿Cómo afecta esto a tu bolsillo?
El problema de la inflación es que, aunque no la veas directamente, se nota en todo. Cuando sube el precio de la luz y la gasolina, se encarece el transporte y la producción de bienes y servicios, lo que termina afectando al precio de los alimentos, el alquiler y prácticamente todo lo que consumes.
Si tienes la sensación de que con el mismo dinero compras menos, no es paranoia: es la realidad. Y lo peor es que si tu salario no sube al mismo ritmo, estás perdiendo poder adquisitivo sin darte cuenta.
¿Bajará la inflación en los próximos meses?
Es difícil predecirlo con exactitud, pero hay algunas pistas. Si los precios de la energía se estabilizan o bajan, la inflación podría empezar a moderarse en los próximos meses. Sin embargo, si el petróleo sigue encareciéndose y la luz no baja, es posible que la inflación siga alta durante más tiempo.
Las previsiones del Gobierno y del Banco de España apuntan a una tendencia a la baja en la segunda mitad del año, pero dependerá de muchos factores, como la evolución de la economía global y las decisiones del Banco Central Europeo sobre los tipos de interés.