La inflación ha triplicado hasta el momento su previsión. Es la finalización del año también vaya acompañada de una situación similar para este dato. Por ello, conviene valorar diferentes opciones, pero, tal vez la opción de guardar el dinero no sea la más adecuada.
Es importante que tengas en cuenta que en este tema no se pone de acuerdo todo el mundo: habrá quien defienda que en un contexto inflacionista muy inducido por elementos concretos (como la electricidad en este caso) el dinero guardado no corre tanto riesgo como en un proceso inflacionista agudo en el que también la inflación subyacente aumenta de manera exponencial.
Por otro lado, también habrá quien en el otro vértice señale que en ningún caso es bueno mantener el dinero inactivo mientras la inflación avanza.
Generalmente, para el usuario promedio, la realidad se sitúa en un término medio al que no siempre sabemos acceder.
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¿Dejar el dinero inactivo o no?
No es una pregunta fácil. El primer impulso es decir que no: el dinero inactivo siempre va a pelear contra el avance de la inflación y, lógicamente, a perder valor adquisitivo a medida que está avanza. Por tanto, no es una buena idea inicialmente.
Sin embargo, hay matices a tener en cuenta. El primero es tratar de entender que es el dinero inactivo y descubriremos no significa lo mismo para todo el mundo. Primer lugar, aquellos capitales que mantenemos asegurados como herramientas de protección para la economía personal no deben ponerse en riesgo en ningún caso.
Por ejemplo, quien mantiene un fondo de emergencia sobre productos de ahorro que apenas ofrecen rendimiento, no debería exponer ese ahorro a riesgo ya que se trata de la capacidad de maniobra ante adversidades de la que se ha dotado.
El segundo matiz a tener en cuenta es nuestra forma de gestionar el patrimonio. Esto es igualmente importante debido sobre todo a que no todas las personas tienen las mismas capacidades cara a la inversión. Si no estamos habituados a invertir y nos preocupa exponer a riesgo cualquier capital, va a ser muy complejo que aquí vemos nuestro dinero para tratar de batir a la inflación.
Fundamentalmente porque vamos a estar pendientes todo el tiempo de cómo evoluciona y cuál es su nivel de riesgo, lo cual, además de estrés, nos va a generar dudas constantes y, probablemente, malas decisiones.
¿Y qué puedo hacer entonces?
Pues de nuevo aparece el término medio. En este caso el término medio vendría a significar que no deberíamos exponer más dinero del que estemos dispuestos a perder en inversiones de alto riesgo. Probablemente, la mejor forma de intentar batir a la inflación sería combinar herramientas que nos aporten seguridad con otras en las que alcancemos cierto nivel de exposición para, en la media, conseguir esos porcentajes.
Obviamente, para obtener rentabilidades por encima del 6% no podemos confiar en productos tradicionales como los depósitos que apenas ofrecen rendimiento.