Los tipos de interés bajos afectan al bolsillo del consumidor más de lo que muchos imaginan. Esto ocurre tanto para el consumo como para el ahorro.
Los tipos de interés han sufrido una bajada bastante alarmante en los últimos años. Ahora, los expertos prevén una subida en el primer semestre del año, aunque todo apunta a que todavía nos espera un buen periodo de tiempo en el que se mantendrán igual de bajos.
El problema comenzó en la primavera de 2016. Los tipos de interés cayeron estrepitosamente en mínimos del 0%. Casi cuatro años después, parece que se comienza a ver la luz al final del túnel, puesto que se prevé cierta subida en los primeros meses de 2020.
A pesar de las buenas noticias, todavía queda un obstáculo, y es que la normalización de la política monetaria lleva a que el proceso para la subida de los tipos de interés esté siendo muy gradual. Es decir, el entorno de intereses bancarios bajos va a seguir durante una larga temporada.
Por qué influyen los tipos de interés en el bolsillo del usuario
Los tipos de interés reflejan el precio de un banco tiene que pagar para obtener financiación, concretamente del Banco Central Europeo. Esta institución va a influir sobre los precios fijados en los tipos de interés a corto plazo, con los que presta dinero a los bancos comerciales.
Cuando la entidad bancaria decide modificar los tipos de interés, dicha decisión influye tanto sobre la cantidad como sobre el coste de los créditos que llegan a través de los bancos comerciales a mercados.
Dicho de otra manera, es una decisión que afectará a empresas y a particulares por igual. De manera que, la importancia que tiene todo esto para la economía es bastante importante. Y también se trata de cómo esto afecta a nuestro bolsillo, puesto que el mayor afectado siempre suele ser el usuario.
Cómo afectan los tipos de interés bajos
Pero no todo tienen porqué ser malas noticias. Teóricamente, cuanto más bajos los tipos esto afecta al precios del dinero el crédito resulta más asequible, y, sobre todo, más barato. Además, hay que tener en cuenta que la facilidad de depósito al BCE se encuentra en estado negativo, al menos en teoría, por lo que las entidades financieras deberían preferir abrir el grifo de los préstamos a tenerlo depositado con un coste.
No obstante, recalcamos que esta es sólo la teoría. En la práctica nos encontramos con todo lo contrario.
Respecto a las hipotecas referenciadas al Euríbor, las revisiones van reduciendo el coste de vida a la relación que existe entre este índice de referencia y los tipos de interés. A pesar de que el año pasado aumentó considerablemente, el Euribor todavía continúa muy lejos de como estaba hace tan sólo unos pocos años.
Volviendo de nuevo a la teoría, el dinero que se ahorra la hipoteca y el abaratamiento y facilidad de acceso a los préstamos, y el dinero sobrante ahorrado las hipotecas, debería entrar dentro de la rueda de consumo. Por lo tanto, debería ser dinero que, destinado al consumo, favorece a las empresas y al ciclo comercial. Sin embargo, la realidad es bastante diferente, puesto que lo cierto es que no existe una relación proporcional como parece que debería existir.
Qué ocurre con el ahorro con tipos de interés bajos
Para el perfil de ahorrador conservador, que no está dispuesto a asumir riesgos con su dinero, el hecho de que el precio del dinero se encuentre tan bajo, es una muy mala noticia, sin duda alguna. Tan solo tenemos que tomar como referencia los depósitos a la vista para comprobar cómo la rentabilidad de los últimos años es tremendamente baja, con el riesgo del coste por depósito a particulares planeando sobre la banca europea desde hace un par de años.
Si un producto de ahorro no es capaz de batir el IPC, no sólo no es rentable, sino que empieza a ser malo para el bolsillo del ahorrador, ya que técnicamente está perdiendo dinero.