El Índice de Precios y Cotizaciones, conocido con las siglas IPC, opera estable esta semana, en medio de un entusiasmo inicial por la victoria de los partidos pro-rescate en las elecciones en Grecia y de una escalada de la prima de riesgo española que mantenía en terreno negativo a las acciones locales, el índice bursátil IPC subía 0.20% y se ubicaba en 37,814.23 puntos.
La prima de riesgo española y el bono a 10 años tocaban nuevos máximos históricos desde la adopción del euro, el diferencial de la deuda española a 10 años frente a su equivalente alemán se situaba en los 577 puntos base, mientras la rentabilidad del bono a 10 años subía hasta 7.15 por ciento.
En cuanto al Bono a 10 años mencionado anteriormente llegó en un nuevo máximo histórico al 7.1%, a unas horas apenas del triunfo conservador en las elecciones de Grecia.
Asimismo, la prima de riesgo de la deuda española en los mercados se mantiene en máximos niveles al llegar a los 568 puntos básicos respecto del bono alemán de referencia.
El mercado de deuda soberana cree que hay demasiadas dudas sin resolver y que el final del túnel está lejos de vislumbrarse a pesar de que Europa esté preparada para rescatar los bancos españoles con hasta 100.000 millones de euros. Por eso, la prima de riesgo (diferencial de rendimiento que los inversores exigen al bono a 10 años respecto al alemán), ha mantenido una escalada que se ha acentuado por la tarde, cuando ha llegado a tocar los 543 puntos básicos.
El rendimiento que se exige a la deuda soberana es una medida de la confianza del mercado en su solvencia y se considera que, por encima del 7%, la carga de los intereses puede ser insoportable. Grecia pidió su primer rescate (mayo de 2010) cuando llegó al 8,5%, idéntico nivel que Portugal en abril de 2011. Sin embargo, a Irlanda le bastó tocar el 8,1% (noviembre de 2010) para pedir ayuda internacional.
La Bolsa española, sin embargo, ha sido capaz de eludir durante buena parte de la sesión las tensiones de la deuda y el Ibex ha aguantado en verde con una pequeña ganancia. A una hora del cierre, sin embargo, entraba en pérdidas y llegaba a caer más de un 1% tras conocerse que la agencia de calificación Fitch, que ayer rebajó la calificación de Santander y BBVA, ha hecho hoy lo propio con otras 18 entidades más, ante la posibilidad de un ulterior deterioro de las carteras crediticias. La semana pasada, Fitch degradó la nota del reino de España a BBB.
España y Grecia siguen marcando la agenda de incertidumbre que manejan los inversores. En el primer caso, por la falta de información sobre el rescate que el pasado sábado el Gobierno español solicitó a sus socios europeos para sanear la banca española. La respuesta fue generosa: habrá hasta 100.000 millones de euros en préstamos. Pero no se han detallado cantidades concretas ni plazos. Ni siquiera cuál será el fondo que aportará los recursos.
Lo que la reacción de los mercados parece indicar es que consideran las soluciones propuestas parches parciales que no resolverán la cuestión de fondo si no se apoyan en una mayor integración bancaria y fiscal. En otras palabras, con un BCE que actúe como verdadero banco central capaz de monetizar deuda, lo que presupone la existencia de eurobonos. Todo ello en un un horizonte demasiado lejano para el ritmo de los mercados.