El índice de precios de Consumo (IPC) es una de las variables que más afectan a la economía en general y a la nuestra en particular. El IPC mide la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios. Por tanto permite medir la inflación y calcular en base a la misma la subida de salarios, pensiones y demás rentas para adaptarlas al coste de la vida.
En función del IPC se revalorizan las pensiones para adaptarlas a la inflación y mantener el poder adquisitivo de los pensionistas.
¿Cómo se revalorizan las pensiones?
La revalorización de las pensiones se realiza en función del correspondiente Índice de precios al consumo previsto para el año en cuestión.
De esta manera, desde el año 1998 las pensiones contributivas en España se revalorizan anualmente en función del IPC previsto. Sin embargo, en los últimos años la reducción del déficit público está propiciando una congelación o revalorizaciones inferiores al IPC, como ha sucedido este año.
Revalorización de las pensiones en 2013
En 2012 asistimos a una congelación de la revalorización de las pensiones. En 2013 los Presupuestos Generales del Estado sí retoman esa revalorización pero por debajo del IPC registrado en noviembre, lo que se traduce en una pérdida gradual del poder adquisitivo de los pensionistas.
Este año la revalorización será de un 1%, mientras que para las pensiones inferiores a 1.000 euros mensuales será de un 2%. Esta no corrección de la desviación de precios a los pensionistas coincide con la implantación de la nueva regulación de las pensiones en 2013.
Si el IPC real se sitúo en noviembre de 2012 en 2,9%, las pensiones por tanto se tendrían que haber revalorizado en ese sentido. Por el contrario, lo han hecho en un 1%, es decir, un 1,9% menos. Dejando el Gobierno en suspenso la aplicación de la legislación relativa. Consecuencia: precios que aumentan, pérdida gradual del poder adquisitivo de los jubilados, caída del consumo e incertidumbre al no saber con certeza los que sucederá en los próximos años.